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HISTORIA
NOTAS
ESCUELA
COMPARADA EN EL TIEMPO
Federico Martín
Maglio
Introducción
Hice el nivel secundario entre 1973 y 1977 en el Colegio
Nacional de San Nicolás, provincia de Buenos Aires, República Argentina. En 1983
comencé mi carrera docente.
Al año 2012 lo terminé con muchos sinsabores. Observo
que la degradación de la educación en general ya está en el nivel de catástrofe
(o tragedia, en palabras de Jaim Etcheverry). Me puse a pensar sobre cómo fue mi
secundario y lo que veo hoy que tantas tristezas me genera.
Este ejercicio de comparación puede ser de interés para
mucha gente... O no. Al menos, que quede como testimonio que puede ser
contrastado con otros sobre diversos temas puntuales.
No es objetivo de este trabajo hacer un estudio y análisis
profundo sobre las cuestiones desarrolladas; sólo se trata de describir lo que
observo hoy y compararlo con lo que viví.
Vestimenta |
1973-1977 |
2012 |
En las escuelas públicas las alumnas iban con
guardapolvo tableado de color blanco. Los alumnos, pantalón, zapatos,
camisa, corbata y blazer azul. Para los varones, comenzar el secundario
era todo un acontecimiento ya que, entre otras cosas, debíamos comenzar
a utilizar pantalón largo. Este sólo hecho nos marcaba el fin de la
niñez, ahora éramos hombrecitos. Para las mujeres, entrar al secundario
tenía las mismas connotaciones. Los docentes hombres iban con saco y
corbata y las profesoras con pollera y blusa al tono. En las escuelas
privadas, para los alumnos había un uniforme que consistía en casi lo
mismo para los varones (el saco podía cambiar de color) y para las
mujeres pollera y blusa (en invierno, pulóver) de los colores de la
escuela.
En 1973, desde el mes de septiembre, se permitió
asistir a clase a los varones sin blazer si las condiciones del tiempo
eran muy calurosas. En años siguientes no se permitió. |
En las escuelas públicas las alumnas y los alumnos
van vestidos con zapatillas (si son blancas y de marca, mejor), remeras
y pantalones jean o de gimnasia. Los acuerdos de convivencia sobre el
tema vestimenta se respetan muy poco y sólo en los dos primeros meses de
clases. Luego de ello, por lo general, hay una total permisividad en
cuanto a la vestimenta. Los docentes igual; cada día es más común verlos
con zapatillas y hasta chancletas, remera fuera del pantalón jean. Por
lo general, las mujeres son más cuidadosas que los hombres (cosa que, al
haber una docente "descuidada" en el vestir, se nota más).
En las escuelas privadas todavía se estila el uso
de uniforme en sus alumnos. |
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Respeto
hacia los docentes |
1973-1977 |
2012 |
Los alumnos respetábamos a los docentes hasta el
punto de no contestar jamás a una observación que nos realizaran sobre
los trabajos realizados o nuestro comportamiento. El docente y el
preceptor (como cualquier otro mayor) eran personas a las que se trataba
de usted. Eran quienes nos enseñaban y de quienes aprendíamos y por
ello, además de ser queridos u odiados, siempre se les brindaba respeto
en todo momento.
Al entrar el docente al aula, lo recibíamos todos
adentro y de pie ya que él también estaba de igual forma.
Prácticamente nunca hablábamos entre los alumnos
cuando un docente explicaba un tema o un compañero exponía una lección o
trabajo práctico, se escuchaba con atención. |
Los alumnos tratan de "che", "vos" o "profe" y son
muchos los que contestan de mala manera y hasta insultan a los docentes.
Muchas veces ni siquiera saludan (todo el curso o parte del mismo)
cuando el profesor entra al aula. Varios alumnos entran detrás del
docente. Los que están en el salón lo reciben sentados en sus asientos o
parados mientras siguen de recreo.
Una práctica "normal" es que en una clase mientras
el docente explica un tema o un alumno expone haya alumnos que hablan
entre ellos "a viva voz" (ni siquiera "cuchicheo", en voz baja). No les
importa en lo más mínimo lo que sucede con la clase; si el docente les
pide que atiendan, la mayoría de las veces ni contestan y siguen en lo
suyo sin cambiar de actitud.
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Respeto
entre pares |
1973-1977 |
2012 |
Nos llamábamos por nuestros nombres; algunos pocos,
un sobre nombre. Si eran compañeros de curso y no muy allegados, nos
dirigíamos por su apellido. Jugábamos y nos hacíamos bromas, pero casi
nunca hacíamos algo que le faltara el respeto al otro. Insultos hacia un
compañero, jamás (salvo que haya alguna discusión y fuera de la
escuela). Dentro de la escuela nunca tuvimos una pelea como tampoco en
las inmediaciones de la misma. |
Llamar a un compañero por "ché, vó" o "eh, boludo"
o "vos, gato" es lo común; los más "refinados" llaman por el nombre pero
abreviado. Son pocos los llamados por su nombre que se escuchan en clase
o en el recreo. Los conflictos, cualquiera sea (mayor o menor), se
dirimen siempre con actos violentos (verbal o físico). Las peleas pueden
darse indistintamente dentro o fuera del establecimiento escolar.
Escuchar a un compañero es una cuestión que se
torna muy poco frecuente. Se habla a los gritos por una necesidad
extrema de decir "acá estoy yo".
Sólo he tenido dos cursos en los que se podía
hablar (docente y alumnos) y ser escuchado por los demás; dos sextos
años (último de la secundaria); considero que se debe a que eran pocos
(9 en un curso y 15 en el otro) y que se conocían desde bastante tiempo
atrás, había amistad. |
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Sanciones |
1973-1977 |
2012 |
Cualquier tipo de falta era sancionado y, para
nosotros, tener amonestaciones era una deshonra personal y social; el
compañero que tenía amonestaciones era "mirado de costado" por los demás
(un "tipo raro del que hay que cuidarse" por ir por el "mal camino"). |
Las sanciones no son importantes ya que casi nunca
tienen consecuencias graves para el alumno. La expulsión no existe como
tampoco las amonestaciones. Si se le pide el pase a otra escuela a un
alumno, el mismo puede acudir a un inspector que es más que probable no
apruebe la decisión institucional de "dar el pase". |
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Horas
libres |
1973-1977 |
2012 |
Recuerdo haber tenido 1 (una) hora libre en mis 5
años de secundaria. Los docentes no faltaban y nadie se moría por ello. |
La cantidad de horas libres existentes en las
escuelas públicas ya tienen un nivel de aberración. Viendo los libros de
aula de cualquier escuela pública o los partes diarios podremos
constatar que la permisividad en cuanto a la ausencia de los docentes es
una cuestión gravísima. Hay docentes que tienen tantos ausentes como
días de clase dados.
En las escuelas privadas es muy raro ver que haya
ausentismo docente salvo en aquellas en que la gestión tenga autoridades
permisivas como el régimen público o su proyecto institucional no sea
realizado y compartido por los docentes (sentirse parte). |
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Días de
lluvia |
1973-1977 |
2012 |
Un día de clase como cualquier otro. Agarrábamos el
paraguas y salíamos para la escuela. |
En las escuelas públicas los días de lluvia con
suerte van 10 alumnos (en toda la escuela).
Muchos alumnos me expresan que "no da salir con
paraguas" o "¡¿salir con paraguas, qué le pasa profe"?!
En las escuelas privadas la asistencia por curso es
completa o muy pocos alumnos ausentes (3 o 4). Pero he observado que en
algunas la tendencia a aumentar la cantidad de faltas por inclemencias
climáticas está en aumento. |
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Estudio |
1973-1977 |
2012 |
Estudiar era regla de oro. Varias veces de memoria
de tal página hasta tal otra; otras, buscando entender determinado tema,
funcionamiento de un sistema, realizar tareas en la casa, etc. Todos los
días teníamos lección en alguna materia o una prueba y llevarse a rendir
una materia era tomado como algo muy malo. Llevarse 3 materias, casi la
muerte. Repetir el año o abandonar, tragedia familiar. Para cada materia
"de las de estudio" teníamos un libro de cabecera; las fotocopias no
existían. Los libros eran nuevos en su mayoría y otros, usados (pero
eran minoría). |
En las escuelas públicas son contados con los dedos
de una mano los alumnos que estudian en la casa (incluso para alguna
prueba). Hay cursos completos en donde ni siquiera encontramos a esos
pocos alumnos. En varias ocasiones he suplantado las pruebas por
trabajos prácticos que luego, en su mayoría, no son entregados. En 4
cursos tuve que tomar la "evaluación integradora" de fin de año;
aprobaron un porcentaje no mayor al 25 % (sumados la pública y la
privada donde trabajo) con preguntas y planteos problemáticos muy
sencillos y cuyas respuestas fueron analizadas en clases anteriores.
Muchos alumnos entregaron la hoja en blanco o, directamente, ni hacían
la prueba. Claro, después protestan por la nota final. Llevarse 5, 6, 7
o más materias es "algo normal, total, después las rindo... ¡Si te
preguntas pavadas!". Los libros, si no salen de la biblioteca de la
escuela, "brillan por su ausencia". Se dan fotocopias para los temas a
desarrollar y es muy difícil lograr que todos los alumnos las tengan
salvo que el docente se las provea.
En las escuelas privadas este tema varía según la
institución de la que se trate. Por ejemplo, en algunas, el estudio
todavía sigue siendo una cuestión importante y los alumnos responden a
las exigencias planteadas en diversas materias. Pero en otras se hace
difícil conseguir que estudien. A la larga, muchos alumnos "no tienen
otra" ya que en la casa se les exige que aprueben las materias y pasen
de año ya que la escuela sigue siendo una cuestión importante. Pero
estoy observando que la cantidad e materias que se llevan a rendir en
varias escuelas privadas son demasiadas y cercanas a las cifras de las
escuelas públicas. El libro está presente en algunas escuelas privadas;
muchas ya trabajan sólo con fotocopias. |
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Faltas
de los alumnos |
1973-1977 |
2012 |
¿Faltar, qué es eso? Los alumnos ausentes en cursos
numerosos de más de 40 jamás pasaban de 3 o 4 por día (el día que se
faltaba mucho por alguna prueba a la que no se alcanzó a estudiar). A
las 15 faltas quedábamos libres y debíamos rendir todas las materias.
Sí, 15 faltas al año. Recuerdo que en 2º año (1974) llegué a noviembre
con 13 faltas y el corazón en la boca. Había faltado mucho por haber
tenido gripe 2 veces.
¿Hacerse la rata? ¡La rata y todo el arco zoológico
catalogado por la zoología en pleno siglo XXI! La escuela está frente a
la Plaza Mitre. Desvergonzadamente, muchos alumnos permanecen allí sin
entrar a la escuela... Parece que ni importa si docentes, preceptores,
autoridades y compañeros de curso los ven. |
Faltar es "lo más normal del mundo". Los libros de
aula están plagados del nefasto "sin alumnos". Faltar en la escuela
pública es algo que casi ni se toma en cuenta porque si pasaran todas
las faltas reales, se quedarían sin alumnos regulares en el mes de
agosto.
¿Hacerse la rata? ¡La rata y todo el arco zoológico
catalogado por la zoología en pleno siglo XXI! La escuela está frente a
la Plaza Mitre. Desvergonzadamente, muchos alumnos permanecen allí sin
entrar a la escuela... Parece que ni importa si docentes, preceptores,
autoridades y compañeros de curso los ven.
En las escuelas privadas la asistencia es completa
o con muy pocas ausencias. No obstante, se está notando un progresivo
aumento de inasistencias en algunas escuelas privadas que no están
trabajando el tema "familia" en sus proyectos institucionales. |
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Relación con los padres |
1973-1977 |
2012 |
Los docentes eran personas consideradas
profesionales y no se les objetaba las notas y trato. Los padres que
iban lo hacían para preguntar sobre su hijo. |
Los padres acuden a las escuelas para objetar al
docente la nota, la forma de corregir y hasta decirle que "otras
compañeras no entregaron todos los trabajos y tienen más nota que mi
hija". Es decir, cuestionan al docente en su trabajo, no preguntan. La
mayoría de los padres que acuden a las reuniones pautadas por las
escuelas son "los que no tienen problemas" y así se hace prácticamente
imposible poder revertir situaciones problemáticas. |
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Condición social del alumnado |
1973-1977 |
2012 |
En mi Colegio Nacional tuve compañeros de todos los
estratos sociales. Desde gente con nivel económico alto hasta hijos de
obreros de fábrica. Varios compañeros míos trabajaban repartiendo
diarios, en gastronomía (como yo), cuidando chicos, etc. La mayoría de
los que repitieron o quedaron en el camino abandonando eran de clase
media y baja. Las causas, casi siempre, "por vago", "por no querer
estudiar", "por gustarle más la plata y trabajaban horario completo". La
mayoría de los abandonos se producían en 1º, 2º y 3º año. Ya en 4º y 5º
fuimos los mismos compañeros y todos terminamos recibidos. |
En las escuelas públicas se hace muy difícil
encontrar alumnos de familias de clase media-alta o alta, ellos
eligieron las escuelas privadas en su gran mayoría. Los alumnos de hoy
son de clase media-baja y baja, muchos hijos de jubilados y desocupados
que viven de planes sociales. La gran mayoría no tienen familia
tradicional conviviente. Un alto número de alumnos vive con abuelos u
otro familiar. Varios alumnos (aunque no muchos) trabajan; cuidado de
chicos, gastronomía los fines de semana (mozo) y algunos casos,
atendiendo el negocio puesto en la casa. |
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Actos
escolares |
1973-1977 |
2012 |
Todos eran solemnes. Silencio absoluto mientras se
desarrolla. Todos cantábamos el himno. Los actos eran preparados con un
mes de antelación y se ensayaban todos los números... Incluso las
palabras alusivas. |
Por lo general, se hace silencio y no hay problemas
de conducta durante su desarrollo. Pero prácticamente ningún alumno
canta el himno; esta actitud también la observo en los docentes más
jóvenes. Los actos, muchas veces, se hacen con 2 o 3 días de antelación.
Si la escuela tiene profesores de música ¡salvados!, ellos preparan 2
canciones y ¡listo! Lectura sin ensayo previo de alguna poesía, de una
cronología copiada de Wikipedia y ¡ya está!, total, "a nadie le
importa". Los docentes más jóvenes, por lo general, no se ofrecen para
organizarlo. |
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Reuniones de departamento |
1973-1977 |
2012 |
Nuestros docentes nos comentaban lo tratado en las
mismas. Por lo que recuerdo, siempre asistían (yo mismo, al comenzar
como docente, organizaba reuniones y hasta mediados de la década de 1990
asistir era "cosa sagrada". Las reuniones plenarias no existían. |
¿Para qué vas a hacer una reunión de departamento
si nadie viene? Y sí, de 400 docentes en una escuela pública, si a las
reuniones de los 4 departamentos existentes asisten 10 es un triunfo (10
sumadas las 4 reuniones). Las reuniones plenarias de los últimos años
han sido "lamentables" en cuanto a la asistencia.
En las escuelas privadas también son menores la
cantidad de reuniones realizadas pero mayor es el número de asistentes;
van bastantes, aunque no todos (tampoco podemos hablar de la mayoría).
Las reuniones plenarias son completas en cuanto a la asistencia de
docentes. |
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Alcohol
y drogas |
1973-1977 |
2012 |
Al ir a los bailes o boliches, algunos mayores de
18 años tomaban alcohol. Nosotros nos dedicábamos a las gaseosas. No era
bien visto el emborracharse, tomar alcohol no daba prestigio social. Las
drogas eran algo tan raro que sólo de vez en cuando (muy de vez en
cuando) se comentaba que alguien había consumido algo. |
El consumo de alcohol en menores de edad ya es una
epidemia. Los mismos alumnos me cuentan cómo se emborrachan los fines de
semana y que "las chicas son las peores", toman más que los varones.
Muchos (repito, muchos) alumnos me cuentan que se drogan y no sólo los
fines de semana, entre semana también. Las mayores ausencias se dan los
días lunes; al preguntarles por qué faltaron la respuesta ineludible es:
"Mucha resaca, profe... Mucha joda y no daba más, me quedé a dormir". |
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Cuidado
de las instalaciones |
1973-1977 |
2012 |
Inscripciones en las paredes había pocas; muchas en
los bancos. Generalmente, se escribía el nombre del usuario y temas como
"machete" para las pruebas. No rompíamos los bancos y, de romper un
vidrio (que siempre era por accidente de algún tenor), vergüenza
mediante procedíamos a pagarlo. |
Inscripciones en las paredes y en los bancos por
montones. Nombres personales, insultos, dibujos artísticos, nombres de
grupos musicales, llamados a la libertad respecto de la marihuana, etc. |
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Mantenimiento de las instalaciones |
1973-1977 |
2012 |
Cuando se arreglaba algo (baños, mamposterías,
cielorrasos, pizarrones, bancos, pintura, etc.), se hacía con cuidado y
bien por medio de gente capacitada. El edificio tenía casi 100 años pero
estaba en buenas condiciones, limpio y ordenado. |
La escuela pública, salvo alguna excepción, parece
"el rancho de la cambicha". Hay tubos de gas que están colgando de las
paredes, mampostería caída en techos y paredes, puertas de salones sin
manijas y sin poder cerrarlas; los baños de los alumnos parecen
Hiroshima y Nagasaki luego de las bombas atómicas. Casi todos los días
rompen algo (por ejemplo, algún vidrio, calefactor, ventilador,
pizarrón). Si hay calefactor y/o ventilador, seguramente tendrá signos
de haber sido maltratado (y hasta roto). Cuando se realiza alguna
reparación, se hace por gente no capacitada, se hace mal, se hace cuando
el Consejo Escolar manda a alguien que ni matrícula tiene. Si las
autoridades quieren hacer bien algún arreglo, entonces tienen que tomar
dinero de la cooperadora y contratar ella misma a las personas que hagan
el trabajo. De esta manera la calidad del trabajo es mejor al tener un
control directo. |
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Transporte |
1973-1977 |
2012 |
En mi caso, vivía en el Barrio SOMISA. Salía de
casa a eso de las 6:45 a 6:50; tomaba el colectivo no más allá de las
7:00 y siempre llegaba a la escuela antes de las 7:30, horario de
entrada. Y hay que tener en cuenta que debía caminar 4 cuadras desde la
esquina de 9 de Julio y Mitre hasta llegar a la escuela. El recorrido es
de unos 8 km, parando cada dos cuadras y el colectivo se llenaba antes
de salir del barrio. Había un servicio cada 5 minutos en los
horario-pico. A la vuelta el asunto se complicaba un poco ya que los
colectivos llegaban casi llenos al centro y varias veces no podíamos
tomarlo quedándonos a esperar al siguiente. Pero la espera entre uno y
otro no tomaba más que entre 5 a 8 minutos. Los compañeros que tenía
llegaban caminando, en caso de vivir en el radio céntrico o en colectivo
desde sus barrios. No existían los remises; casi nadie (salvo algún
apuro) llegaba en un taxi; pocos padres llevaban en auto a sus hijos;
las bicicletas eran casi inexistentes y nunca vi a un alumno o docente
que llegara en una moto. El servicio de colectivos estaba activo hasta
la media noche. |
Varios alumnos llegan en moto o bicicleta pero la
mayoría lo hacen en colectivos (si viven lejos) o caminando, incluso
viviendo bastante alejados del centro. Son muy pocos los alumnos que
vivían en el centro (la mayoría de este grupo se pasó a las escuelas
privadas, en donde sí se ven remises y autos familiares llevando a los
alumnos). He tenido alumnos que caminaban más de 40 cuadras de ida y lo
mismo a la vuelta. ¿Razón? Según ellos, no tenían dinero para el
colectivo. No profundicé en mis indagatorias pero me quedé pensando si
realmente algo no funcionaba como dicen desde el gobierno respecto de
los millones de planes que se pagan todos los meses. El servicio de
colectivos se corta a partir de las 22 a 22:20, lo que dificulta
grandemente la asistencia y permanencia en clase del Bachillerato de
Adultos (que funciona desde las 19:30) y de los institutos terciarios ya
que sus alumnos comienzan a retirarse de las aulas a las 21:45. |
Fotografía del Diario El Norte |
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Valores |
1973-1977 |
2012 |
Por aquellos días, los jóvenes teníamos diferencias
como en cualquier otra época. No obstante ello, culturalmente había
determinados valores que estaban en todos. Sabíamos que para lograr
objetivos de vida es necesario el trabajo y el esfuerzo que muchas veces
nos llevaba a realizar acciones que no eran del todo gratas (dejar de
lado horas de juego por estudio) lo que significaba el sacrificio; el
respeto al prójimo ni se ponía en discusión; cumplir con las
obligaciones que teníamos era lo común, ya sea dentro o fuera de la
escuela. Dar la palabra sobre alguna cuestión era un compromiso de
honor. Ser honesto y responsable en nuestras actitudes y
comportamientos, incluso si cometíamos alguna falta, luego no se negaba
ante la requisitoria de las autoridades escolares. Ser puntuales era una
cuestión de piel y ni se nos ocurría pensar que era lo mismo entrar a
las 7:30 que a las 7:45. A las 7:30 ya estábamos formando para el
izamiento de la bandera.
No recuerdo haber recibido charlas específicas
respeto de estos temas en la escuela; no fueron personas a hablarnos de
valores, no hubo clases especiales, no hubo "bajadas de línea" con
folletos ni nada de ello porque tales valores los recibíamos en la
familia y en la interacción con nuestros vecinos. Nos llamaba
poderosamente la atención cada vez que había noticias sobre acciones
violentas (terrorismo, atentados, asesinatos, etc.) pero todo se
enmarcaba dentro de disputas asociadas a peleas políticas que había
también en otros lugares del mundo (estábamos en plena Guerra Fría). |
Plantear a los alumnos que debían entrar a horario
fue pegarse la cabeza contra la pared, una y otra vez, predicar en el
desierto sería más gratificante. Ante la ausencia casi total de estudio
y cumplimiento de tareas en el hogar, varias veces suplanté las
evaluaciones con tareas en el aula, en clase; la mayoría no las
entregaba, no las hacía; en la clase hablaban con sus compañeros de
cualquier otra cosa. Alumnos que contestan mal, que mienten, que hablan
en voz alta mientras se está tratando de explicar algún tema o acordar
alguna cuestión con el curso, que no escuchan, que no les interesa dar
su opinión. Se me hizo casi imposible poder comunicarme con mis alumnos
en cuanto a plantear los valores que deben ir formándose; y fue "casi"
porque en los cursos menos numerosos y con alumnos más grandes se podía
establecer alguna comunicación (al menos escuchaban y algunos hablaban),
pero era como plantear cuestiones que nada tenían que ver con lo que los
alumnos querían, no les interesaba.
La "verdad", como valor, no existe: Fue suplantado
por el antivalor "conveniencia personal" en el sentido de hacer y decir
sólo lo que le conviene a cada uno sin importar si es la verdad o no.
Presentar un certificado médico trucho (por docentes y por alumnos) ha
sido cosa de todos los días. La decencia se ha perdido.
En el ex Colegio Nacional hubo varias charlas con
personas externas que plantearon diversos temas como ecología y su
defensa, la represión ocurrida durante la última dictadura militar,
entrevistas a diversas personas, actos, ferias... Cada año se repiten...
Charla, tras charla, tras charla... ¿Y para qué? Los valores ni se
asoman, cada día se desdibujan más y más y más. Hasta cuando se plantean
estas realidades con los otros docentes, aparecían "por radio pasillo"
las caracterizaciones a las que -parece- ya nos hemos acostumbrado:
Estructurado, milico, autoritario, fuera de tiempo, idealista, ¡que se
deje de joder!, dinosaurio...
En las escuelas privadas este tema no es "tan
diferente", pero al menos, por el momento, hay alguna contención mayor
desde los hogares, pero sólo un poco... Noto que también se está
perdiendo y a pasos agigantados.
La violencia está naturalizada. "Todo es normal",
desde las golpizas entre alumnos o fuera de la escuela hasta los robos
producidos en forma constante en esta sociedad y sus asesinatos. Las
peleas entre vecinos llegan a la escuela todos los días; la sociedad es
muy violenta y dirimir los conflictos en forma razonada no está en la
piel de casi nadie. |
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Política |
1973-1977 |
2012 |
En la escuela, la primera vez que comentamos en
clase sobre la situación del mundo y del país fue en 2º año (1974) en
una materia llamada E.R.S.A. (Estudios de la Realidad Social Argentina).
En esa materia comentábamos los recortes de diarios y revistas que
debíamos hacer y que engrosaban semanalmente nuestra carpeta. Tales
comentarios pasaban por contar qué noticias llevábamos y qué decían (las
leíamos antes de ir a clase). En las otras materias sólo se trataban los
temas de las mismas. Así pasamos 1º, 2º, 3º, 4º y 5º año. Pero en el
último año tuvimos una materia, Instrucción Cívica, donde leíamos y
explicábamos la Constitución Nacional en plena dictadura militar (corría
el año 1977). Las clases transcurrían sin mayores novedades hasta que un
día del mes de septiembre, al terminar la clase, me vi (todos nos vimos)
sobresaltado por algo que expresó el profesor Camaño; palabras más,
palabras menos, dijo: "En fin, lo que pasa es que los que no quieren
cumplir con lo que estipula la Constitución Nacional y los derechos que
tenemos todos son unos verdaderos hijos de puta. Y este gobierno militar
no la cumple". No sólo el sobresalto fue por el insulto (primera vez que
escuchaba uno de parte de un profesor) sino por la forma, un sentimiento
muy profundo al expresarlo que hasta el día de hoy marca mucho mis
indignaciones ante una realidad de bajo nivel ciudadano.
En la escuela, pero no en hora de clase, entre
pares, comentábamos algunos hechos de la política de aquellos años. Los
temas que más nos impresionaron (los que más comentamos), fueron...
1973, causó gran conmoción el asesinato del
periodista José Domingo Colombo el día 3 de octubre.
1974, asesinato de Rogelio Elena, Antonio P.
Magaldi y el fallecimiento de Juan D. Perón. En lo personal, tuve que
dejar de concurrir (al igual que mis hermanos) a principios del mes de
noviembre; la razón fue que en el bolsillo del guardapolvos de una de
mis hermanas apareció una nota de amenaza de muerte para toda la
familia. Mi madre concurrió al colegio para ver cómo andaba en cuanto a
calificaciones y faltas; la rectora entendió el problema al igual que
los docentes. Sólo tuve que ir un rato una mañana a hacer una prueba
para Lengua. La aprobé.
1975, hubo un día en que el ambiente estuvo muy
agitado. El Centro de Estudiantes tomó el colegio. Pero en las
actividades diarias, nada cambió. Ellos, se decía, estaban reunidos con
la Rectora en su despacho. La mañana terminó normalmente y al otro día
ni se hablaba del tema. También comentamos entre los alumnos la
preocupación que tenían nuestros padres por el salvaje aumento de los
precios y servicios del llamado "rodrigazo".
1976, el golpe de Estado fue un tema hablado en los
recreos por muchos días y ya estábamos bastante grandecitos (16 años) y
la luego llamada "masacre de Juan B. Justo"; no había muchas versiones
diferentes sobre aquel enfrentamiento ya que todo había sido bastante
claro (pasados unos días, 4 o 5, pasé por el lugar y fue un golpe enorme
ver los agujeros de los disparos realizados contra la vivienda de los
fallecidos y en las casas de enfrente). Mi familia comenzó a tener
graves problemas económicos ya que luego del golpe de Estado del 26 de
marzo mi padrastro se quedó sin trabajo y mi padre tuvo una baja de
categoría en el suyo (el primero trabajaba en SO.MI.S.A y el segundo en
la sede central de la Aduana).
1977: El tema que más comentamos, recuerdo, fue la
muerte del Obispo Carlos Horacio Ponce de León (el colegio está a pocos
metros de la Catedral de San Nicolás).
Durante esos 5 años también hubo comentarios sobre
los atentados subversivos, los problemas con el gobierno, los
sindicatos, el golpe de Estado en Chile (1973), hechos de la Guerra
Fría... |
Dentro de la escuela muchos docentes planteamos
temas de la política pasada y actual más allá de nuestras materias
específicas. Y la sala de profesores emula a la Jabonería de Vieytes.
Respecto de mis clases he tenido, en este tema,
sinsabores muy grandes. En la escuela pública los alumnos (en todos los
cursos que tuve) estuvieron muy lejos de interesarse por las cuestiones
políticas. Al abordar un tema de la actualidad, la mayoría no atendía y
seguía en lo suyo. Otros, quizá por tener algo de pudor, no hablaban y
hacían como que atendían, pero casi ninguno participaba dando alguna
opinión o haciendo un comentario. Sólo puedo poner como excepción a dos
alumnos de 5º año (turno mañana) y uno de 4º (turno tarde) que una vez
en todo el año, hablaron sobre un tema que -supongo- les interesaba.
En la escuela privada el asunto no era muy
diferente salvo que en 4º y 5º había 3 o 4 alumnas que expresaron varias
veces alguna opinión y hasta preguntaron ¡casi me desmayo de la emoción,
alumnos preguntando, genial!
Respecto de los docentes, hay que hacer algunas
caracterizaciones. Están los más jóvenes, que en la sala de profesores
casi ni hablan de temas políticos y los más viejitos que sí hablan de
temas políticos. El mayor problema que considero existe es que muchos
docentes han entrado en el juego de estar en una u otra vereda (apoyando
o criticando al gobierno o a la oposición) en forma más emocional que
racional. Las argumentaciones que se pretendieron esgrimir, en su
mayoría, carecían de premisas sustentables y eran repeticiones de lo
expresado por algún funcionario o medio de comunicación. Calcado. Es
como si el pensamiento propio, el del "ciudadano", se desdibujaba en un
simple "habitante" que defendía su posición como si fuera una cuestión
de fe.
Este asunto lo considero gravísimo ya que somos los
docentes los que debemos mostrar a las nuevas generaciones lo que
significa la república, democracia, valores... Conceptos. Si un docente
no sabe qué significa la república o el respeto a un contrato social,
que no conoce las leyes vigentes ¡ni lo que establece la Constitución
Nacional!, entonces, la situación existente es de suma gravedad. ¿Qué se
puede esperar de un ciudadano o habitante del país si sus docentes no
saben lo que deben enseñar como cuestiones básicas y fundamentales
respecto a la "mejor manera de vivir juntos"?
Cuando se daban argumentaciones precisas (por parte
de los pocos docentes que las hacían), se recibían contestaciones que
nada tenían que ver con lo planteado o que apelaban a establecer
comparaciones o contrastaciones con hechos sucedidos en 1945, 1955,
1976... Y que muchas veces no eran reales (manipulación del pasado) o
con una interpretación capciosa de las copiadas "de otras bocas".
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Trabajo realizado por Federico Martín Maglio, diciembre de
2011 y enero de 2012
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