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 Escuela Comparada en el Tiempo  

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HISTORIA

NOTAS

 

ESCUELA COMPARADA EN EL TIEMPO

Federico Martín Maglio

Introducción

Hice el nivel secundario entre 1973 y 1977 en el Colegio Nacional de San Nicolás, provincia de Buenos Aires, República Argentina. En 1983 comencé mi carrera docente.

Al año 2012 lo terminé con muchos sinsabores. Observo que la degradación de la educación en general ya está en el nivel de catástrofe (o tragedia, en palabras de Jaim Etcheverry). Me puse a pensar sobre cómo fue mi secundario y lo que veo hoy que tantas tristezas me genera.

Este ejercicio de comparación puede ser de interés para mucha gente... O no. Al menos, que quede como testimonio que puede ser contrastado con otros sobre diversos temas puntuales.

No es objetivo de este trabajo hacer un estudio y análisis profundo sobre las cuestiones desarrolladas; sólo se trata de describir lo que observo hoy y compararlo con lo que viví.

Vestimenta

1973-1977

2012

En las escuelas públicas las alumnas iban con guardapolvo tableado de color blanco. Los alumnos, pantalón, zapatos, camisa, corbata y blazer azul. Para los varones, comenzar el secundario era todo un acontecimiento ya que, entre otras cosas, debíamos comenzar a utilizar pantalón largo. Este sólo hecho nos marcaba el fin de la niñez, ahora éramos hombrecitos. Para las mujeres, entrar al secundario tenía las mismas connotaciones. Los docentes hombres iban con saco y corbata y las profesoras con pollera y blusa al tono. En las escuelas privadas, para los alumnos había un uniforme que consistía en casi lo mismo para los varones (el saco podía cambiar de color) y para las mujeres pollera y blusa (en invierno, pulóver) de los colores de la escuela.

En 1973, desde el mes de septiembre, se permitió asistir a clase a los varones sin blazer si las condiciones del tiempo eran muy calurosas. En años siguientes no se permitió.

En las escuelas públicas las alumnas y los alumnos van vestidos con zapatillas (si son blancas y de marca, mejor), remeras y pantalones jean o de gimnasia. Los acuerdos de convivencia sobre el tema vestimenta se respetan muy poco y sólo en los dos primeros meses de clases. Luego de ello, por lo general, hay una total permisividad en cuanto a la vestimenta. Los docentes igual; cada día es más común verlos con zapatillas y hasta chancletas, remera fuera del pantalón jean. Por lo general, las mujeres son más cuidadosas que los hombres (cosa que, al haber una docente "descuidada" en el vestir, se nota más).

En las escuelas privadas todavía se estila el uso de uniforme en sus alumnos.

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Respeto hacia los docentes

1973-1977

2012

Los alumnos respetábamos a los docentes hasta el punto de no contestar jamás a una observación que nos realizaran sobre los trabajos realizados o nuestro comportamiento. El docente y el preceptor (como cualquier otro mayor) eran personas a las que se trataba de usted. Eran quienes nos enseñaban y de quienes aprendíamos y por ello, además de ser queridos u odiados, siempre se les brindaba respeto en todo momento.

Al entrar el docente al aula, lo recibíamos todos adentro y de pie ya que él también estaba de igual forma.

Prácticamente nunca hablábamos entre los alumnos cuando un docente explicaba un tema o un compañero exponía una lección o trabajo práctico, se escuchaba con atención.

Los alumnos tratan de "che", "vos" o "profe" y son muchos los que contestan de mala manera y hasta insultan a los docentes. Muchas veces ni siquiera saludan (todo el curso o parte del mismo) cuando el profesor entra al aula. Varios alumnos entran detrás del docente. Los que están en el salón lo reciben sentados en sus asientos o parados mientras siguen de recreo.

Una práctica "normal" es que en una clase mientras el docente explica un tema o un alumno expone haya alumnos que hablan entre ellos "a viva voz" (ni siquiera "cuchicheo", en voz baja). No les importa en lo más mínimo lo que sucede con la clase; si el docente les pide que atiendan, la mayoría de las veces ni contestan y siguen en lo suyo sin cambiar de actitud.

 

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Respeto entre pares

1973-1977

2012

Nos llamábamos por nuestros nombres; algunos pocos, un sobre nombre. Si eran compañeros de curso y no muy allegados, nos dirigíamos por su apellido. Jugábamos y nos hacíamos bromas, pero casi nunca hacíamos algo que le faltara el respeto al otro. Insultos hacia un compañero, jamás (salvo que haya alguna discusión y fuera de la escuela). Dentro de la escuela nunca tuvimos una pelea como tampoco en las inmediaciones de la misma.

Llamar a un compañero por "ché, vó" o "eh, boludo" o "vos, gato" es lo común; los más "refinados" llaman por el nombre pero abreviado. Son pocos los llamados por su nombre que se escuchan en clase o en el recreo. Los conflictos, cualquiera sea (mayor o menor), se dirimen siempre con actos violentos (verbal o físico). Las peleas pueden darse indistintamente dentro o fuera del establecimiento escolar.

Escuchar a un compañero es una cuestión que se torna muy poco frecuente. Se habla a los gritos por una necesidad extrema de decir "acá estoy yo".

Sólo he tenido dos cursos en los que se podía hablar (docente y alumnos) y ser escuchado por los demás; dos sextos años (último de la secundaria); considero que se debe a que eran pocos (9 en un curso y 15 en el otro) y que se conocían desde bastante tiempo atrás, había amistad.

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Sanciones

1973-1977

2012

Cualquier tipo de falta era sancionado y, para nosotros, tener amonestaciones era una deshonra personal y social; el compañero que tenía amonestaciones era "mirado de costado" por los demás (un "tipo raro del que hay que cuidarse" por ir por el "mal camino").

Las sanciones no son importantes ya que casi nunca tienen consecuencias graves para el alumno. La expulsión no existe como tampoco las amonestaciones. Si se le pide el pase a otra escuela a un alumno, el mismo puede acudir a un inspector que es más que probable no apruebe la decisión institucional de "dar el pase".

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Horas libres

1973-1977

2012

Recuerdo haber tenido 1 (una) hora libre en mis 5 años de secundaria. Los docentes no faltaban y nadie se moría por ello.

La cantidad de horas libres existentes en las escuelas públicas ya tienen un nivel de aberración. Viendo los libros de aula de cualquier escuela pública o los partes diarios podremos constatar que la permisividad en cuanto a la ausencia de los docentes es una cuestión gravísima. Hay docentes que tienen tantos ausentes como días de clase dados.

En las escuelas privadas es muy raro ver que haya ausentismo docente salvo en aquellas en que la gestión tenga autoridades permisivas como el régimen público o su proyecto institucional no sea realizado y compartido por los docentes (sentirse parte).

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Días de lluvia

1973-1977

2012

Un día de clase como cualquier otro. Agarrábamos el paraguas y salíamos para la escuela.

En las escuelas públicas los días de lluvia con suerte van 10 alumnos (en toda la escuela).

Muchos alumnos me expresan que "no da salir con paraguas" o "¡¿salir con paraguas, qué le pasa profe"?!

En las escuelas privadas la asistencia por curso es completa o muy pocos alumnos ausentes (3 o 4). Pero he observado que en algunas la tendencia a aumentar la cantidad de faltas por inclemencias climáticas está en aumento.

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Estudio

1973-1977

2012

Estudiar era regla de oro. Varias veces de memoria de tal página hasta tal otra; otras, buscando entender determinado tema, funcionamiento de un sistema, realizar tareas en la casa, etc. Todos los días teníamos lección en alguna materia o una prueba y llevarse a rendir una materia era tomado como algo muy malo. Llevarse 3 materias, casi la muerte. Repetir el año o abandonar, tragedia familiar. Para cada materia "de las de estudio" teníamos un libro de cabecera; las fotocopias no existían. Los libros eran nuevos en su mayoría y otros, usados (pero eran minoría).

En las escuelas públicas son contados con los dedos de una mano los alumnos que estudian en la casa (incluso para alguna prueba). Hay cursos completos en donde ni siquiera encontramos a esos pocos alumnos. En varias ocasiones he suplantado las pruebas por trabajos prácticos que luego, en su mayoría, no son entregados. En 4 cursos tuve que tomar la "evaluación integradora" de fin de año; aprobaron un porcentaje no mayor al 25 % (sumados la pública y la privada donde trabajo) con preguntas y planteos problemáticos muy sencillos y cuyas respuestas fueron analizadas en clases anteriores. Muchos alumnos entregaron la hoja en blanco o, directamente, ni hacían la prueba. Claro, después protestan por la nota final. Llevarse 5, 6, 7 o más materias es "algo normal, total, después las rindo... ¡Si te preguntas pavadas!". Los libros, si no salen de la biblioteca de la escuela, "brillan por su ausencia". Se dan fotocopias para los temas a desarrollar y es muy difícil lograr que todos los alumnos las tengan salvo que el docente se las provea.

En las escuelas privadas este tema varía según la institución de la que se trate. Por ejemplo, en algunas, el estudio todavía sigue siendo una cuestión importante y los alumnos responden a las exigencias planteadas en diversas materias. Pero en otras se hace difícil conseguir que estudien. A la larga, muchos alumnos "no tienen otra" ya que en la casa se les exige que aprueben las materias y pasen de año ya que la escuela sigue siendo una cuestión importante. Pero estoy observando que la cantidad e materias que se llevan a rendir en varias escuelas privadas son demasiadas y cercanas a las cifras de las escuelas públicas. El libro está presente en algunas escuelas privadas; muchas ya trabajan sólo con fotocopias.

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Faltas de los alumnos

1973-1977

2012

¿Faltar, qué es eso? Los alumnos ausentes en cursos numerosos de más de 40 jamás pasaban de 3 o 4 por día (el día que se faltaba mucho por alguna prueba a la que no se alcanzó a estudiar). A las 15 faltas quedábamos libres y debíamos rendir todas las materias. Sí, 15 faltas al año. Recuerdo que en 2º año (1974) llegué a noviembre con 13 faltas y el corazón en la boca. Había faltado mucho por haber tenido gripe 2 veces.

¿Hacerse la rata? ¡La rata y todo el arco zoológico catalogado por la zoología en pleno siglo XXI! La escuela está frente a la Plaza Mitre. Desvergonzadamente, muchos alumnos permanecen allí sin entrar a la escuela... Parece que ni importa si docentes, preceptores, autoridades y compañeros de curso los ven.

Faltar es "lo más normal del mundo". Los libros de aula están plagados del nefasto "sin alumnos". Faltar en la escuela pública es algo que casi ni se toma en cuenta porque si pasaran todas las faltas reales, se quedarían sin alumnos regulares en el mes de agosto.

¿Hacerse la rata? ¡La rata y todo el arco zoológico catalogado por la zoología en pleno siglo XXI! La escuela está frente a la Plaza Mitre. Desvergonzadamente, muchos alumnos permanecen allí sin entrar a la escuela... Parece que ni importa si docentes, preceptores, autoridades y compañeros de curso los ven.

En las escuelas privadas la asistencia es completa o con muy pocas ausencias. No obstante, se está notando un progresivo aumento de inasistencias en algunas escuelas privadas que no están trabajando el tema "familia" en sus proyectos institucionales.

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Relación con los padres

1973-1977

2012

Los docentes eran personas consideradas profesionales y no se les objetaba las notas y trato. Los padres que iban lo hacían para preguntar sobre su hijo.

Los padres acuden a las escuelas para objetar al docente la nota, la forma de corregir y hasta decirle que "otras compañeras no entregaron todos los trabajos y tienen más nota que mi hija". Es decir, cuestionan al docente en su trabajo, no preguntan. La mayoría de los padres que acuden a las reuniones pautadas por las escuelas son "los que no tienen problemas" y así se hace prácticamente imposible poder revertir situaciones problemáticas.

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Condición social del alumnado

1973-1977

2012

En mi Colegio Nacional tuve compañeros de todos los estratos sociales. Desde gente con nivel económico alto hasta hijos de obreros de fábrica. Varios compañeros míos trabajaban repartiendo diarios, en gastronomía (como yo), cuidando chicos, etc. La mayoría de los que repitieron o quedaron en el camino abandonando eran de clase media y baja. Las causas, casi siempre, "por vago", "por no querer estudiar", "por gustarle más la plata y trabajaban horario completo". La mayoría de los abandonos se producían en 1º, 2º y 3º año. Ya en 4º y 5º fuimos los mismos compañeros y todos terminamos recibidos.

En las escuelas públicas se hace muy difícil encontrar alumnos de familias de clase media-alta o alta, ellos eligieron las escuelas privadas en su gran mayoría. Los alumnos de hoy son de clase media-baja y baja, muchos hijos de jubilados y desocupados que viven de planes sociales. La gran mayoría no tienen familia tradicional conviviente. Un alto número de alumnos vive con abuelos u otro familiar. Varios alumnos (aunque no muchos) trabajan; cuidado de chicos, gastronomía los fines de semana (mozo) y algunos casos, atendiendo el negocio puesto en la casa.

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Actos escolares

1973-1977

2012

Todos eran solemnes. Silencio absoluto mientras se desarrolla. Todos cantábamos el himno. Los actos eran preparados con un mes de antelación y se ensayaban todos los números... Incluso las palabras alusivas.

Por lo general, se hace silencio y no hay problemas de conducta durante su desarrollo. Pero prácticamente ningún alumno canta el himno; esta actitud también la observo en los docentes más jóvenes. Los actos, muchas veces, se hacen con 2 o 3 días de antelación. Si la escuela tiene profesores de música ¡salvados!, ellos preparan 2 canciones y ¡listo! Lectura sin ensayo previo de alguna poesía, de una cronología copiada de Wikipedia y ¡ya está!, total, "a nadie le importa". Los docentes más jóvenes, por lo general, no se ofrecen para organizarlo.

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Reuniones de departamento

1973-1977

2012

Nuestros docentes nos comentaban lo tratado en las mismas. Por lo que recuerdo, siempre asistían (yo mismo, al comenzar como docente, organizaba reuniones y hasta mediados de la década de 1990 asistir era "cosa sagrada". Las reuniones plenarias no existían.

¿Para qué vas a hacer una reunión de departamento si nadie viene? Y sí, de 400 docentes en una escuela pública, si a las reuniones de los 4 departamentos existentes asisten 10 es un triunfo (10 sumadas las 4 reuniones). Las reuniones plenarias de los últimos años han sido "lamentables" en cuanto a la asistencia.

En las escuelas privadas también son menores la cantidad de reuniones realizadas pero mayor es el número de asistentes; van bastantes, aunque no todos (tampoco podemos hablar de la mayoría). Las reuniones plenarias son completas en cuanto a la asistencia de docentes.

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Alcohol y drogas

1973-1977

2012

Al ir a los bailes o boliches, algunos mayores de 18 años tomaban alcohol. Nosotros nos dedicábamos a las gaseosas. No era bien visto el emborracharse, tomar alcohol no daba prestigio social. Las drogas eran algo tan raro que sólo de vez en cuando (muy de vez en cuando) se comentaba que alguien había consumido algo.

El consumo de alcohol en menores de edad ya es una epidemia. Los mismos alumnos me cuentan cómo se emborrachan los fines de semana y que "las chicas son las peores", toman más que los varones. Muchos (repito, muchos) alumnos me cuentan que se drogan y no sólo los fines de semana, entre semana también. Las mayores ausencias se dan los días lunes; al preguntarles por qué faltaron la respuesta ineludible es: "Mucha resaca, profe... Mucha joda y no daba más, me quedé a dormir".

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Cuidado de las instalaciones

1973-1977

2012

Inscripciones en las paredes había pocas; muchas en los bancos. Generalmente, se escribía el nombre del usuario y temas como "machete" para las pruebas. No rompíamos los bancos y, de romper un vidrio (que siempre era por accidente de algún tenor), vergüenza mediante procedíamos a pagarlo.

Inscripciones en las paredes y en los bancos por montones. Nombres personales, insultos, dibujos artísticos, nombres de grupos musicales, llamados a la libertad respecto de la marihuana, etc.

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Mantenimiento de las instalaciones

1973-1977

2012

Cuando se arreglaba algo (baños, mamposterías, cielorrasos, pizarrones, bancos, pintura, etc.), se hacía con cuidado y bien por medio de gente capacitada. El edificio tenía casi 100 años pero estaba en buenas condiciones, limpio y ordenado.

La escuela pública, salvo alguna excepción, parece "el rancho de la cambicha". Hay tubos de gas que están colgando de las paredes, mampostería caída en techos y paredes, puertas de salones sin manijas y sin poder cerrarlas; los baños de los alumnos parecen Hiroshima y Nagasaki luego de las bombas atómicas. Casi todos los días rompen algo (por ejemplo, algún vidrio, calefactor, ventilador, pizarrón). Si hay calefactor y/o ventilador, seguramente tendrá signos de haber sido maltratado (y hasta roto). Cuando se realiza alguna reparación, se hace por gente no capacitada, se hace mal, se hace cuando el Consejo Escolar manda a alguien que ni matrícula tiene. Si las autoridades quieren hacer bien algún arreglo, entonces tienen que tomar dinero de la cooperadora y contratar ella misma a las personas que hagan el trabajo. De esta manera la calidad del trabajo es mejor al tener un control directo.

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Transporte

1973-1977

2012

En mi caso, vivía en el Barrio SOMISA. Salía de casa a eso de las 6:45 a 6:50; tomaba el colectivo no más allá de las 7:00 y siempre llegaba a la escuela antes de las 7:30, horario de entrada. Y hay que tener en cuenta que debía caminar 4 cuadras desde la esquina de 9 de Julio y Mitre hasta llegar a la escuela. El recorrido es de unos 8 km, parando cada dos cuadras y el colectivo se llenaba antes de salir del barrio. Había un servicio cada 5 minutos en los horario-pico. A la vuelta el asunto se complicaba un poco ya que los colectivos llegaban casi llenos al centro y varias veces no podíamos tomarlo quedándonos a esperar al siguiente. Pero la espera entre uno y otro no tomaba más que entre 5 a 8 minutos. Los compañeros que tenía llegaban caminando, en caso de vivir en el radio céntrico o en colectivo desde sus barrios. No existían los remises; casi nadie (salvo algún apuro) llegaba en un taxi; pocos padres llevaban en auto a sus hijos; las bicicletas eran casi inexistentes y nunca vi a un alumno o docente que llegara en una moto. El servicio de colectivos estaba activo hasta la media noche.

Varios alumnos llegan en moto o bicicleta pero la mayoría lo hacen en colectivos (si viven lejos) o caminando, incluso viviendo bastante alejados del centro. Son muy pocos los alumnos que vivían en el centro (la mayoría de este grupo se pasó a las escuelas privadas, en donde sí se ven remises y autos familiares llevando a los alumnos). He tenido alumnos que caminaban más de 40 cuadras de ida y lo mismo a la vuelta. ¿Razón? Según ellos, no tenían dinero para el colectivo. No profundicé en mis indagatorias pero me quedé pensando si realmente algo no funcionaba como dicen desde el gobierno respecto de los millones de planes que se pagan todos los meses. El servicio de colectivos se corta a partir de las 22 a 22:20, lo que dificulta grandemente la asistencia y permanencia en clase del Bachillerato de Adultos (que funciona desde las 19:30) y de los institutos terciarios ya que sus alumnos comienzan a retirarse de las aulas a las 21:45.

Fotografía del Diario El Norte

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Valores

1973-1977

2012

Por aquellos días, los jóvenes teníamos diferencias como en cualquier otra época. No obstante ello, culturalmente había determinados valores que estaban en todos. Sabíamos que para lograr objetivos de vida es necesario el trabajo y el esfuerzo que muchas veces nos llevaba a realizar acciones que no eran del todo gratas (dejar de lado horas de juego por estudio) lo que significaba el sacrificio; el respeto al prójimo ni se ponía en discusión; cumplir con las obligaciones que teníamos era lo común, ya sea dentro o fuera de la escuela. Dar la palabra sobre alguna cuestión era un compromiso de honor. Ser honesto y responsable en nuestras actitudes y comportamientos, incluso si cometíamos alguna falta, luego no se negaba ante la requisitoria de las autoridades escolares. Ser puntuales era una cuestión de piel y ni se nos ocurría pensar que era lo mismo entrar a las 7:30 que a las 7:45. A las 7:30 ya estábamos formando para el izamiento de la bandera.

No recuerdo haber recibido charlas específicas respeto de estos temas en la escuela; no fueron personas a hablarnos de valores, no hubo clases especiales, no hubo "bajadas de línea" con folletos ni nada de ello porque tales valores los recibíamos en la familia y en la interacción con nuestros vecinos. Nos llamaba poderosamente la atención cada vez que había noticias sobre acciones violentas (terrorismo, atentados, asesinatos, etc.) pero todo se enmarcaba dentro de disputas asociadas a peleas políticas que había también en otros lugares del mundo (estábamos en plena Guerra Fría).

Plantear a los alumnos que debían entrar a horario fue pegarse la cabeza contra la pared, una y otra vez, predicar en el desierto sería más gratificante. Ante la ausencia casi total de estudio y cumplimiento de tareas en el hogar, varias veces suplanté las evaluaciones con tareas en el aula, en clase; la mayoría no las entregaba, no las hacía; en la clase hablaban con sus compañeros de cualquier otra cosa. Alumnos que contestan mal, que mienten, que hablan en voz alta mientras se está tratando de explicar algún tema o acordar alguna cuestión con el curso, que no escuchan, que no les interesa dar su opinión. Se me hizo casi imposible poder comunicarme con mis alumnos en cuanto a plantear los valores que deben ir formándose; y fue "casi" porque en los cursos menos numerosos y con alumnos más grandes se podía establecer alguna comunicación (al menos escuchaban y algunos hablaban), pero era como plantear cuestiones que nada tenían que ver con lo que los alumnos querían, no les interesaba.

La "verdad", como valor, no existe: Fue suplantado por el antivalor "conveniencia personal" en el sentido de hacer y decir sólo lo que le conviene a cada uno sin importar si es la verdad o no. Presentar un certificado médico trucho (por docentes y por alumnos) ha sido cosa de todos los días. La decencia se ha perdido.

En el ex Colegio Nacional hubo varias charlas con personas externas que plantearon diversos temas como ecología y su defensa, la represión ocurrida durante la última dictadura militar, entrevistas a diversas personas, actos, ferias... Cada año se repiten... Charla, tras charla, tras charla... ¿Y para qué? Los valores ni se asoman, cada día se desdibujan más y más y más. Hasta cuando se plantean estas realidades con los otros docentes, aparecían "por radio pasillo" las caracterizaciones a las que -parece- ya nos hemos acostumbrado: Estructurado, milico, autoritario, fuera de tiempo, idealista, ¡que se deje de joder!, dinosaurio...

En las escuelas privadas este tema no es "tan diferente", pero al menos, por el momento, hay alguna contención mayor desde los hogares, pero sólo un poco... Noto que también se está perdiendo y a pasos agigantados.

La violencia está naturalizada. "Todo es normal", desde las golpizas entre alumnos o fuera de la escuela hasta los robos producidos en forma constante en esta sociedad y sus asesinatos. Las peleas entre vecinos llegan a la escuela todos los días; la sociedad es muy violenta y dirimir los conflictos en forma razonada no está en la piel de casi nadie.

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Política

1973-1977

2012

En la escuela, la primera vez que comentamos en clase sobre la situación del mundo y del país fue en 2º año (1974) en una materia llamada E.R.S.A. (Estudios de la Realidad Social Argentina). En esa materia comentábamos los recortes de diarios y revistas que debíamos hacer y que engrosaban semanalmente nuestra carpeta. Tales comentarios pasaban por contar qué noticias llevábamos y qué decían (las leíamos antes de ir a clase). En las otras materias sólo se trataban los temas de las mismas. Así pasamos 1º, 2º, 3º, 4º y 5º año. Pero en el último año tuvimos una materia, Instrucción Cívica, donde leíamos y explicábamos la Constitución Nacional en plena dictadura militar (corría el año 1977). Las clases transcurrían sin mayores novedades hasta que un día del mes de septiembre, al terminar la clase, me vi (todos nos vimos) sobresaltado por algo que expresó el profesor Camaño; palabras más, palabras menos, dijo: "En fin, lo que pasa es que los que no quieren cumplir con lo que estipula la Constitución Nacional y los derechos que tenemos todos son unos verdaderos hijos de puta. Y este gobierno militar no la cumple". No sólo el sobresalto fue por el insulto (primera vez que escuchaba uno de parte de un profesor) sino por la forma, un sentimiento muy profundo al expresarlo que hasta el día de hoy marca mucho mis indignaciones ante una realidad de bajo nivel ciudadano.

En la escuela, pero no en hora de clase, entre pares, comentábamos algunos hechos de la política de aquellos años. Los temas que más nos impresionaron (los que más comentamos), fueron...

1973, causó gran conmoción el asesinato del periodista José Domingo Colombo el día 3 de octubre.

1974, asesinato de Rogelio Elena, Antonio P. Magaldi y el fallecimiento de Juan D. Perón. En lo personal, tuve que dejar de concurrir (al igual que mis hermanos) a principios del mes de noviembre; la razón fue que en el bolsillo del guardapolvos de una de mis hermanas apareció una nota de amenaza de muerte para toda la familia. Mi madre concurrió al colegio para ver cómo andaba en cuanto a calificaciones y faltas; la rectora entendió el problema al igual que los docentes. Sólo tuve que ir un rato una mañana a hacer una prueba para Lengua. La aprobé.

1975, hubo un día en que el ambiente estuvo muy agitado. El Centro de Estudiantes tomó el colegio. Pero en las actividades diarias, nada cambió. Ellos, se decía, estaban reunidos con la Rectora en su despacho. La mañana terminó normalmente y al otro día ni se hablaba del tema. También comentamos entre los alumnos la preocupación que tenían nuestros padres por el salvaje aumento de los precios y servicios del llamado "rodrigazo".

1976, el golpe de Estado fue un tema hablado en los recreos por muchos días y ya estábamos bastante grandecitos (16 años) y la luego llamada "masacre de Juan B. Justo"; no había muchas versiones diferentes sobre aquel enfrentamiento ya que todo había sido bastante claro (pasados unos días, 4 o 5, pasé por el lugar y fue un golpe enorme ver los agujeros de los disparos realizados contra la vivienda de los fallecidos y en las casas de enfrente). Mi familia comenzó a tener graves problemas económicos ya que luego del golpe de Estado del 26 de marzo mi padrastro se quedó sin trabajo y mi padre tuvo una baja de categoría en el suyo (el primero trabajaba en SO.MI.S.A y el segundo en la sede central de la Aduana).

1977: El tema que más comentamos, recuerdo, fue la muerte del Obispo Carlos Horacio Ponce de León (el colegio está a pocos metros de la Catedral de San Nicolás).

Durante esos 5 años también hubo comentarios sobre los atentados subversivos, los problemas con el gobierno, los sindicatos, el golpe de Estado en Chile (1973), hechos de la Guerra Fría...

Dentro de la escuela muchos docentes planteamos temas de la política pasada y actual más allá de nuestras materias específicas. Y la sala de profesores emula a la Jabonería de Vieytes.

Respecto de mis clases he tenido, en este tema, sinsabores muy grandes. En la escuela pública los alumnos (en todos los cursos que tuve) estuvieron muy lejos de interesarse por las cuestiones políticas. Al abordar un tema de la actualidad, la mayoría no atendía y seguía en lo suyo. Otros, quizá por tener algo de pudor, no hablaban y hacían como que atendían, pero casi ninguno participaba dando alguna opinión o haciendo un comentario. Sólo puedo poner como excepción a dos alumnos de 5º año (turno mañana) y uno de 4º (turno tarde) que una vez en todo el año, hablaron sobre un tema que -supongo- les interesaba.

En la escuela privada el asunto no era muy diferente salvo que en 4º y 5º había 3 o 4 alumnas que expresaron varias veces alguna opinión y hasta preguntaron ¡casi me desmayo de la emoción, alumnos preguntando, genial!

Respecto de los docentes, hay que hacer algunas caracterizaciones. Están los más jóvenes, que en la sala de profesores casi ni hablan de temas políticos y los más viejitos que sí hablan de temas políticos. El mayor problema que considero existe es que muchos docentes han entrado en el juego de estar en una u otra vereda (apoyando o criticando al gobierno o a la oposición) en forma más emocional que racional. Las argumentaciones que se pretendieron esgrimir, en su mayoría, carecían de premisas sustentables y eran repeticiones de lo expresado por algún funcionario o medio de comunicación. Calcado. Es como si el pensamiento propio, el del "ciudadano", se desdibujaba en un simple "habitante" que defendía su posición como si fuera una cuestión de fe.

Este asunto lo considero gravísimo ya que somos los docentes los que debemos mostrar a las nuevas generaciones lo que significa la república, democracia, valores... Conceptos. Si un docente no sabe qué significa la república o el respeto a un contrato social, que no conoce las leyes vigentes ¡ni lo que establece la Constitución Nacional!, entonces, la situación existente es de suma gravedad. ¿Qué se puede esperar de un ciudadano o habitante del país si sus docentes no saben lo que deben enseñar como cuestiones básicas y fundamentales respecto a la "mejor manera de vivir juntos"?

Cuando se daban argumentaciones precisas (por parte de los pocos docentes que las hacían), se recibían contestaciones que nada tenían que ver con lo planteado o que apelaban a establecer comparaciones o contrastaciones con hechos sucedidos en 1945, 1955, 1976... Y que muchas veces no eran reales (manipulación del pasado) o con una interpretación capciosa de las copiadas "de otras bocas".

 

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Trabajo realizado por Federico Martín Maglio, diciembre de 2011 y enero de 2012